lunes, 20 de febrero de 2012

Servir, no servil

          Desde este espacio voy a tratar de poner el foco, la conciencia en lo que, tal vez por obvio y por cotidiano, acabamos ignorando e, incluso, aceptando con estúpida resignación borreguil.  Por eso quiero iniciar este escrito con lo que a mi me sugieren esas dos palabras que si bien se diferencian sintácticamente en una letra (“r”) están separadas profesional y vivencialmente por toda una eternidad ética e incluso técnica.
          ¡Y es tan nítida su profusa confusión en el ámbito de nuestros trabajos!
          Todos conocemos, en nuestro entorno laboral, a quién confunde las dos palabras  en su actitud que es SERVIL no servicial (lo sepa o no) con daño a su dignidad (sin duda) pero también a la nuestra puesto que cuando con sus actos, serviles e insolidarios, denigra su dignidad personal también denigra la nuestra y la del colectivo al que pertenecemos. No hay impunidad en ser un ser servil lameculos. Hay, con seguridad, una infinita dosis de autofrustación y un terrible complejo de inferioridad (no asumido), que le lleva a no aceptar su papel profesional y que trata de combatir (lo sepa o no) siendo servil hacia la autoridad (convertida para, él en el falso padre premiador que ca tuvo) y siendo distante, engreído, hacia sus compañeros que son sus iguales pero que también le sacan de sus casillas al tenerle muy calado en su estúpido  juego neurótico y falso.
          Por el contrario, SERVIR es un acto de perfecta madurez si cada cual lo asume desde su sitio, desde su responsabilidad, sea esta cual sea. Estar uno en su propio lugar, cumpliendo con su trabajo, es siempre fuente de autorrespeto y de verdadera consideración propia y ajena, tanto de los compañeros como de los superiores. Un auxiliar de hosteleria, un auxiliar de control, un auxiliar administrativo (o cualquier otro rol profesional) que aceptan y cumplen serenamente su trabajo diario, su cometido, en el día a día, sin hipocresías pseudovocacionales (a casi nadie que yo sepa le enamora su mecánico trabajo) ni aquellas otras falsedades, tan habituales y estúpidas, como la de aparentar mil trabajos cuando creen que el jefe les esta evaluando….en fin…Todas estas personas, que realizan con dignidad y responsabilidad su cometido, son absoluta y necesariamente respetables y de igual categoría ética y personal que el mayor y más importante de los seres humanos y otras “excelentísimas” autoridades de nuestra caótica, mezquita y a menudo patéticamente pretenciosa administración funcionarial.

Scorpio, empleado público.

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